Educar para el pensamiento crítico en las redes
¿Cuántas horas pasa la juventud con una pantalla? ¿Qué hacen? Si formulamos estas dos preguntas a alguna persona con hijos adolescentes, seguro que nos podrá responder con garantías la primera. Dirá que mucho tiempo y quizás nos aporte una cifra concreta de horas. Pero, ¿y la segunda? Esta ya es más complicada.
¿Sabemos qué hacen nuestros adolescentes con el móvil o la tablet? ¿Qué influencers siguen? ¿Qué mensajes les llegan a sus redes sociales? La educación mediática o media literacy consiste en acompañarlos y educarlos para que tengan pensamiento crítico en el uso de todo tipo de medios, además de un comportamiento ético y responsable en estas plataformas. Y esto quiere decir no dejarlos solos y dar ejemplo.
Una de las cuestiones claves hoy de la educación mediática es, sin duda, la educación del pensamiento crítico en el consumo y producción de información. Desde una visión adultocéntrica, cometemos el error de pensar que los jóvenes no se informan porque no leen prensa escrita o no consumen noticias a través de los medios llamados «tradicionales». Pero si los interrogamos sobre cuestiones claves de la actualidad, la mayoría de adolescentes nos saben responder. Están informados, pero acceden a la información de forma diferente.
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El Digital News Report de 2021, un estudio de referencia, concluye que 6 de cada 10 jóvenes se informan en las redes sociales y 4 de cada 10 lo hacen a través de la televisión. Es también la fotografía que nos encontramos en nuestros talleres sobre desinformación y verificación digital; unos talleres de Learn to Check que, en los últimos cuatro años, han formado más de 3000 personas, la mayoría jóvenes. Y ¿por qué se informan por redes sociales? Quizás es una evolución natural; pero también hay que considerar otros factores como por ejemplo el modelo de información de las familias o la desconfianza que tienen los adolescentes hacia los medios de comunicación. El 47% de los jóvenes de entre 18 y 24 años cree que hay una cobertura periodística injusta de su generación, según el Digital News Report de 2021.
Los jóvenes se informan a través de las redes. Y esto no es un lastre; es una realidad que tenemos que acompañar. Con las formaciones de Learn to Check, procuramos formarlos para que sean conscientes que en las redes sociales, junto con información contrastada, contextualizada y de calidad, también hay información falsa, no valiosa o maliciosa. Tenemos que aprender a gestionar este volumen de información y verificarla, si es necesario. Y tenemos que aprender también a identificar sesgos de género, demográficos, de raza y otros. Porque la tecnología no es en absoluto neutral.
Tenemos que enseñar a nuestra juventud que informarse es importante, porque impacta en sus vidas. Y que la desinformación nos perjudica a todos. Los docentes, los educadores, las familias, los periodistas y todos los profesionales y personas implicadas tenemos que formarnos nosotros y formarlos a ellos para que aprendan a evaluar las fuentes, a filtrar la información, a identificar evidencias, a identificar la propaganda y el discurso de odio, a leer y mirar con atención y espíritu crítico y a conocer las herramientas y los recursos que les pueden ser útiles. Hoy educar en el pensamiento crítico es más esencial que nunca.