Eva Bach: «Sin salud emocional no hay salud, bienestar ni rendimiento»
Eva Bach es una de las pioneras en la introducción de la educación emocional en los ámbitos educativo y familiar en Cataluña y en algunas otras comunidades autónomas del Estado Español.
Maestra, formadora de formadores y escritora, es especialista en desarrollo personal, inteligencia emocional, comunicación y relaciones interpersonales.
Desde mSchools conversamos con Eva sobre la importancia de la educación socioemocional:
La importancia de la educación socioemocional
Tengamos presente que hacemos educación emocional siempre, aunque no la hagamos formalmente o intencionadamente. En la educación hay transmisión emocional siempre, ya sea explícita o implícita, sana o insana. Esto es porque hay dos tipos de educación emocional: la curricular, que se hace en horarios establecidos y con programas formales, y la relacional, que se hace a toda hora sin necesidad de programas, por contacto, por ósmosis. El mejor programa de educación emocional del mundo puede fallar por incompetencia socioemocional de quien lo aplica.
Las competencias socioemocionales básicas del profesorado gravitan alrededor de los tres grandes ejes de la competencia emocional, solo que, en su caso, llevando su aplicación al aula:
- Dimensión intrapersonal: sentirse bien consigo mismo/a, con las emociones propias y la manera de sentir. Aplicado en el aula supone, entre otros, saber identificar, expresar, contener y/o transformar adecuadamente sus emociones o estados emocionales, de tal manera que evite proyectarlos o transferirlos sobre el grupo de alumnos.
- Dimensión interpersonal: disponer de unas buenas habilidades relacionales y de comunicación, sentirse bien con las otras personas y que las otras personas se sientan bien con nosotros. Aplicado en el aula supone, entre otros: practicar una comunicación educativa emocionalmente resonante, empatizar y tener cura de la autoestima del alumnado, sintonizar emocionalmente con el grupo, mantener el propio centro, saber ver e impulsar talentos y potencialidades individuales y grupales, y saber identificar, expresar, contener y transformar emociones y estados emocionales grupales. O al menos, no agravarlos con los propios.
- Dimensión éticosocial o ecosocial: dejar una impronta emocional positiva en nuestro paso, contribuir a la salud y sostenibilidad emocional global a través de nuestra tarea, acción y presencia en el mundo. Aplicado en el aula supone, entre otros, que lo que somos como personas sostenga, refuerce y oriente a buen puerto lo que hacemos como profesionales, así como la capacidad de contagiar emociones agradables en el contexto educativo en general y de crear climas educativos positivos, motivadores, potenciadores y generativos.
Focalizamos la innovación y la motivación en el currículum, y hay una cosa esencial que continúa sin ser mirada y atendida cómo corresponde: la Vida, en mayúsculas, lo que pasa dentro de las personas y entre las personas, lo que nos mueve en el vivir cotidiano y en las interacciones con los otros y el mundo.
Disponer de inteligencia emocional y de habilidades sociales son dos de los grandes requisitos del éxito laboral actual y de un futuro cada vez más robotizado. Nos tenemos que plantear cómo hacerlo para desarrollar también nosotros, no solo los chicos y chicas, este tipo de competencias globales transversales que nos mejoran como profesionales y como personas. Y esto pasará seguramente por redefinir los entornos de aprendizaje. Cambiar esto puede querer decir romper con ciertas rigideces de la cultura escolar todavía presentes en algunos ámbitos. Si no, la brecha entre las cuatro paredes del aula y la realidad exterior será cada vez más grande.
En referencia a educar adolescentes digitales, que conviven en dimensiones virtuales y presenciales a la vez, hablamos de la necesidad de educar en valores híbridos, que surgen de trascender y fusionar dualidades que han sido claramente disociadas, cuando no contrapuestas. Es la era de las simbiosis entre conceptos, entes, actitudes y capacidades que ya no pueden funcionar solas. Presencial y virtual, neuroeducación, razón y emoción, homo sapiens y homo sentiens, información-biología-sociedad con tecnología, escuela y empresa, personas y robots, inteligencia humana y algoritmos, realidad aumentada y realidad física… Dice el filósofo francés Edgar Morin que tenemos que sustituir el pensamiento que aísla y separa por el pensamiento que distingue y conecta.